A pesar de los esfuerzos la muerte quiso ensañarse con el malogrado Julen; porque la muerte és cobarde. ¡Maldito pozo, maldito, causante de ese desastre!
Me eriza el bello pensar en la angustia de sus padres: dos seres predestinados a perder hijos amados entre tragedia y tragedia, sin apenas disfrutarlos.
Las tragedias se convierten en riqueza para los medios que aburren a las ovejas repitiendo los eventos; y es que el morbo, en España, és el primer mandamiento.
Que se haga el silencio y que se imponga el respeto; que se callen los voceros de esos aprovechados medios. siempre hurgando en la llaga como hacen los carroñeros.