Francisco Barbachano
A pesar de los esfuerzos
la muerte quiso ensañarse
con el malogrado Julen;
porque la muerte és cobarde.
¡Maldito pozo, maldito,
causante de ese desastre!
 
 Me eriza el bello pensar
en la angustia de sus padres:
dos seres predestinados
a perder hijos amados
entre tragedia y tragedia,
sin apenas disfrutarlos.
 
Las tragedias se convierten
en riqueza para los medios
que aburren a las ovejas
repitiendo los eventos;
y es que el morbo, en España,
és el primer mandamiento.
 
Que se haga el silencio
y que se imponga el respeto;
que se callen los voceros
de esos aprovechados medios.
siempre hurgando en la llaga
como hacen los carroñeros.
 
Francisco Barbachano