
Maichinery es una startup industrial, con sede en Girona enfocada a desarrollar herramientas con inteligencia artificial que permitan optimizar procesos industriales y energéticos. Sus fundadores, Carles Morales Boada y Massimo Angelini, vecinos del Vallès Oriental, son ingenieros, industrial y mecánico, respectivamente, y cuentan con un máster en inteligencia artificial; detectaron un gran hueco en el mercado tras trabajar para consultoras tecnológicas y como ingenieros en planta de producción.
El pasado junio de 2018, su empresa Maichinery quedó finalista en el programa Explorer del Banco Santander en el centro de emprendimiento de Cerdanyola, además de ser galardonada con el título de tecnología disruptiva por dicho centro. El premio por ser finalistas consistió en asistir, junto con los distintos ganadores de Iberoamérica (participan centros de España, Portugal y Argentina), a un viaje a la meca del emprendimiento: Sillicon Valley, en San Francisco (California, EEUU).
El viaje consistió en una intensa travesía de 5 días donde los emprendedores tuvieron la oportunidad de conocer las grandes tecnológicas y universidades, así como a inversores del valle de silicio, muy conocido por su ambiente feroz en los negocios.
La primera parada fue en Google, donde 5 trabajadores españoles de la compañía los recibió para explicarles cómo funcionaba la compañía a nivel organizativo de equipos y qué tecnologías estaban cogiendo mayor relevancia dentro de la compañía. Su principal consejo fue el de organizar los equipos de desarrollo en células de trabajo, con un especialista de cada ámbito del proyecto, siguiendo una filosofía muy similar a la del, ya muy conocido, método de producción de Toyota. Además, agradecían que periódicamente los fundadores de la empresa se expusieran ante toda la empresa para responder ante las inquietudes de sus trabajadores de forma llana y honesta.

La segunda parada consistió en una visita a la emblemática Stanford, de la mano de cinco investigadores Españoles, la mayoría de ellos concentrados en dar respuestas a una de las grandes inquietudes de la medicina moderna: la cura contra el cáncer. Aunque no pertenecían al ámbito del emprendimiento, nuestro socio sí que pudo aprender algo clave de su mensaje: los españoles están muy bien valorados en el extranjero y, por otro lado, debemos deshacernos de una mentalidad de escasez, sintiéndonos orgullosos de nuestro trabajo y de nuestro recorrido, dejando claro todos los éxitos conseguidos hasta el momento.
Después de la visita a la universidad, el autobús se detuvo en las oficinas centrales de Facebook. Lamentablemente Massimo no pudo coincidir con Mark, pero sí tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la última herramienta desarrollada por el equipo de whatsapp: whatsapp business.
Para concluir el día, el autobús llevó al equipo de ganadores hacia las oficinas de la aceleradora Techcode, donde se celebraba un evento al más puro estilo Shark Tank. Este consiste en un acto donde emprendedores tienen la oportunidad de hacer su pitch ante inversores con la finalidad de obtener apoyo, tanto en recursos como económico. Como no había tiempo para todo el mundo, sólo las 6 startups con mayor proyección pudieron presentar, entre las cuales se encontraba Maichinery. Así pues, Massimo expuso ante los inversores, explicándoles nuestro histórico, nuestra propuesta de valor y hacia dónde nos dirigíamos. Posteriormente tuvo la oportunidad de reunirse en una sesión de tú a tú con el inversor y mentor de startups Axel Tillman, perteneciente al jurado, el cual le dio recomendaciones sobre cómo mejorar futuras presentaciones y sobre el estudio de unos protocolos tecnológicos que se están implementando en EEUU en las fábricas para el paso hacia la revolución 4.0.

Una vez descansados, y sobrellevando en la medida de lo posible el jetlag, el grupo tuvo un workshop interactivo con Ryan Bethencourt, un conocido emprendedor e inversor en más de 80 startups. Muchos fueron los conocimientos transmitidos por el extremadamente carismático Ryan, pero Massimo se queda con una frase: “Os tenéis que daros permiso vosotros mismos”. El CEO de Wild Earth sugería que los emprendedores nos tenemos que dar permiso para arriesgarlo todo, para perderlo todo, para fracasar, para hacer lo que nos han dicho que no hagamos, porque nadie lo va a hacer por nosotros; nadie nos va a animar a ir contra corriente o contra la sociedad, así que nosotros nos tenemos que dar permiso a hacer lo que no está pensado para nosotros.
Después de su ponencia, otros 5 emprendedores españoles del valle hicieron una sesión extensa donde nos explicaron lo difícil que es instaurarse dentro del ecosistema, lo agresivo que resulta y la cantidad de recursos que consume, donde la estrategia lo supone todo, pero incluso una buena estrategia no te asegura sobrevivir allí dentro. De hecho, hicieron mucho hincapié en lo importante que eran los contactos y, por lo tanto, hacer networking todo el tiempo, porque nunca sabes si la persona que está delante de ti en la cola del supermercado será el CEO de un potencial cliente o, incluso, un inversor.
El día acabó con la visita del Founder Space, la aceleradora #1 de Sillicon Valley, según la revista Forbes, donde su director el “Capitán Hoffman” habló sobre las tecnologías que están por venir y que cambiarán el mundo, discutiendo no sólo sobre aspectos de negocio, si no también éticos y morales.
El tercer día se concentró en visitar la ya muy conocida Singularity University, fundada en el parque de investigación de la NASA. En ella, pudimos observar de primera mano tecnologías punteras de realidad aumentada, realidad virtual, impresión 3D o, incluso, control de robots con la mente. Seguidamente, el autobús se dirigió hacia Draper University, donde un cercano Juan Acosta nos recibió y nos dio unas lecciones sobre Growth Hacking, una nueva metodología/filosofía para impulsar el crecimiento de las empresas con la menor cantidad de recursos posibles. Un ejemplo de esta metodología, es el de Marcelo Guital, un emprendedor chileno que colocaba botellas vacías de su marca de agua en sitios visibles para que la gente asociara un gran consumo de esa marca cuando intentaba penetrar en el mercado.
La última empresa visitada fue AirBnB, en cuyas oficinas nos explicaron las claves para el correcto posicionamiento y marketing online, siguiendo estrategias adecuadas para detectar qué detalles de nuestras acciones producen una mayor tracción en la red.
El resto del tiempo se empleó para visitar la ciudad, ver sus contrastes, conocer su cultura. De la ciudad, Massimo destaca lo impresionante que resulta ver gente con grandes cantidades de dinero caminando por las calles como si nada existiera y la extrema educación con la que se acercaban a pedir limosna las personas sin hogar; una educación, que destaca, no había visto en nadie, ni siquiera en su entorno más cercano.
Con esto concluye el relato del viaje a la meca del emprendimiento, una semana donde no sólo pudo aprender, sino que se llevó la amistad de 54 emprendedores más, de los cuales espera seguir manteniendo el contacto y, sobretodo, tener la capacidad de construir algo mejor para la sociedad que los rodea, haciendo que las industrias sean más sostenibles y eficientes.