Francisco Barbachano

Alzó el vuelo hacia la Gloria
la gran Diva del bel canto
y su LICEU guarda silencio
pleno de pesar y llanto
qué, Montserrat Caballé,
su gran voz a silenciado.

Hoy los teatros del mundo:
Coliseos de la voz,
lucen crespones negros
como señal de dolor;
que la singular soprano
ya descansa junto a Dios.

La ópera está de luto
por tan irreparable pérdida
y el melómano está triste
añorando su gran técnica;
pues se ha quedado huérfano
sin su voz y su presencia.

En el portal de la Gloria
un coro de Divas y Divos
y de Ángeles cantores
le darán la bienvenida:
y hasta Dios, y la Caballé,
cantarán el Ave Maria.

Francisco Barbachano