Francisco Barbachano

Quiso trincar unas cremas
de esas que llaman faciales
para embellecer la jeta
de tan ilustre mangante:
doña Cristina Cifuentes;
pero le echaron el guante.

Hay que ver lo curiosas
que son las casualidades.
Han pasado siete años
y nadie pudo enterarse
de que era una ladronzuela
la mentirosa del master.

La dama contracorrupción
la más pura del PP,
la han pillado infraganti
del derecho y del revés:
o sea, que no conoce,
que significa honradez.

Al parecer, don Mariano,
le ha dicho a la Cifuentes:
¡vete a casa Cristinita
que ya está bien de “joderme”!
Y es qué, al PP últimamente,
el hedor, le compromete…

Francisco Barbachano