Por si no quedaban claras
las diferencias reales,
Letizia quiso evitar
fotos en nuevas postales
de la vieja reina emérita
con sus nietas, por sus reales.
Letizia se retrató
ante todos los mortales,
sin importarle un pimiento
las lamentables imágenes
que recorrieron el mundo
tan sólo en un instante.
Por muy princesa que sea
la pequeña Leonor,
le largó un manotazo
nada menos que a su abuela:
ejemplo de educación,
para tener muy en cuenta.
Y entre tanto el rey Felipe
y su padre rey emérito,
contemplando el espectáculo
de mercadillo de pueblo.
¡Carajo con la plebeya,
y su indecoroso gesto!
Francisco Barbachano