Francisco Barbachano

La primera fue Bibiana:
la ministra de las “miembras”;
y ahora ha sido Montero
con lo de las “portavozas”.
Dos Showmans de la lengua,
por decir alguna cosa.

Ha este paso la Academia
tendrá que empezar a pensar
en incluir acepciones
para el cotidiano hablar;
y nombrar como asesoras,
a esas “perlas” del parlar.

El vocablo “gilipollas”
habrán de modificar.
pues Bibiana y Montero
seguro que apoyarán:
lo de “gilipollos y gilipollas”
como expresión natural.

Si ellos “jóvenes y ellas jóvenas”.
Si ellos “hombres y ellas hombras”.
No sé si les gustará
que a alguien se le ocurra
denominar, “cargos o cargas”,
como acepción magistral.

Francisco Barbachano