El homicida tiró el cuerpo en el puerto de Barcelona

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha confirmado la pena de 20 años de prisión que impuso la Audiencia de Barcelona a un hombre por asesinar a su mujer en La Garriga, meter el cadáver en un coche, conducir hasta el puerto de la capital catalana y dejar caer el coche al mar con el cuerpo en el interior.

En una sentencia recogida por Europa Press, el TSJC asume el mismo criterio del tribunal popular que juzgó los hechos de que hubo alevosía al realizarse el ataque por la inexistencia de lesiones externas significativas de lucha.

La Audiencia dictó sentencia tras el veredicto de culpabilidad por parte del tribunal popular, considerando que Tomás A., natural de Granollers, durante la madrugada del 26 de junio de 2015 atacó a su pareja y la asfixió.

El tribunal lo condenó por un delito de asesinato con alevosía porque “actuó con la intención de acabar con su vida” y la atacó de manera sorprendente cuando ella estaba desprevenida y sin darle posibilidad de defenderse.

Además de la pena de prisión, Tomás A. deberá pagar como responsabilidad civil 250.000 euros a cada uno de los dos hijos de la víctima; 100.000 euros al padre y la madre, respectivamente, y 50.000 euros a cada uno de sus dos hermanos.

Tomás A. y la víctima se casaron en septiembre de 2014 y en los primeros meses del año siguiente comenzaron a surgir problemas de convivencia por problemas económicos al no tener trabajo ninguno de los dos, según explicaba la Fiscalía en su escrito de acusación previo al juicio.

En febrero de 2015 ella encontró trabajo en una clínica de Mollet del Vallès, pero no mejoró la convivencia porque él seguía sin empleo y no mostraba ninguna intención de conseguir, alguno cosa que su mujer le reprochó hasta decidir poner fin a la relación y mudarse de piso.

Fue en este contexto en el que la madrugada del 26 de junio de 2015, Tomás A. atacó la víctima, la asfixió hasta que la mató, y metió el cadáver en los asientos de la parte trasera de un coche envolviéndolo para ocultarlo, conduciendo después hasta el Puerto de Barcelona.

Se dirigió hasta el muelle Contradique Este, encaró el coche hacia el mar, e hizo lo necesario para que cayera al agua y se hundiera a continuación.