
Menos guapo casi todo
se le dice a Puigdemont:
le llaman “el bien peinado”
por ese look tan fardón;
muy propio de un personaje
como el ínclito Puigdemont.
Se piró para Bruselas
“capital del mejillón”
y su fama en el mundo
ya no tiene parangón.
Arma la de Dios es Cristo,
el gran Carles Puigdemont.
Al pie de los caballos
ha puesto a Mariano Rajoy
y la justicia, con lupa,
mira cualquier decisión;
porque es hábil el de Amer,
estratégico y burlón.
Con su pulso al Estado,
causa gran preocupación.
A unos, más que a otros,
les gusta su reiterada canción.
El suspense está servido…
¡és todo un peliculón!
Francisco Barbachano