César Alcalá

El martes 16 de enero se presentó públicamente ante la prensa y con un público entregado Tabarnia. Asimismo se invistió telemáticamente a Albert Boadella como presidente en el exilio. Lo dijo Boadella irónicamente y lo piensan los amigos del procés: “esto es una payasada”. Los que así piensan se equivoca. Uno debe escuchar atentamente el discurso de Boadella para darse cuenta de una realidad y de unos hechos que, desde hace años han marcado el devenir diario de los catalanes. Es más, Tabarnia, como tal, existe en nuestro consciente diario desde Navidades. En menos de un mes ha estallado una revolución. Que nadie se equivoque, no es una payasada es el clamor de un pueblo.

¿Por qué digo esto? Daré tres inputs lanzados por los independentistas: presos políticos; presidente en el exilio; Roger Torrent es el primer presidente del Parlament republicano. Ellos han lanzado estos mensajes y todos los tenemos que creer y tomárnoslos en serio. Sin embargo, un grupo de personas, con Boadella al frente, montan una verdad paralela y salen pestes por la boca de los independentistas. Porque esta es su realidad. Han hecho de la mentira virtud y todo lo que está fuera de la mentira debe ser perseguido y ridiculizado. Boadella los definió como “capullos disfrazados de segadors”. Personalmente los bauticé como “pastorets”. Los ataques directos e indirectos han sido innumerables. La realidad es que les duele que alguien piense diferente, que les lleve la contraria.

Tabarnia es una realidad. Es el antídoto contra tanta tontería. La gente está harta. Hay que darse cuenta de una cosa: si no estuvieran muy cansados del procés hoy no hablaríamos de Tabarnia. La ciudadanía no independentista ha pasado una serie de años muy complicados. Han tenido -hemos tenido- que aguantar vejaciones, discusiones, peleas, desprecios, deserciones… por parte de unos que han sido abducidos y se han creído una mentira. Cataluña nunca será independiente de España por muchos motivos ya expuestos y sabidos. Se creyeron una mentira organizada por unos pocos para salvar el culo. Así de claro. Convergència Democràtica de Catalunya, con Artur Mas a la cabeza, organizaron toda esta debacle independentistas para no verse en los tribunales por los casos de la familia Pujol, el caso Palau, y otros que están pendientes de juicio. Mas lo único que ha conseguido es perder su casa y pasar por los tribunales. Ellos fracasaron con sus planes, sin embargo han dejado una sociedad peleada y rota.

Tabarnia no es una payasada. Ciertas son las palabras de Boadella al afirmar que algunos han convertido el Parlament en el Teatre Nacional de Catalunya. Lo vivido en él desde octubre de 2017 ha sido muy triste. Un esperpento. Y ante esto la gente ha dicho basta y dan vítores a Tabarnia. Porque es la válvula de escape de mucha gente. Hasta anteayer -léase Navidades- los no independentistas iban con la mirada baja, les faltaba aquel clavo ardiente al que agarrarse. Desde la aparición de Tabarnia han levantado la mirada, han cogido aire, se han venido arriba y exclaman con orgullo: “yo soy de Tabarnia”. Y han vuelto a la vida.

Como dijo Jaume Vives. “Tabarnia llegara tan lejos como los independentistas quieran”. Son dos mundos reales paralelos Ambos no políticos, sino sociales. Cuando la gente sale a la calle se deja de lado la política. Y si se piensa que el independentismo es un movimiento político, también lo es Tabarnia. Teniendo en cuenta que la soberanía radica en el pueblo, se pueden aceptar las dos acepciones. Cuando más fuerte se quiera imponer el independentismo, con más fuerza se impondrá Tabarnia. Independentismo y Tabarnia son vasos comunicantes. Que nadie intente ningunear ni menospreciarla porque ha venido para quedarse, mientras unos pocos se empeñen en construir una república catalana sólo votada por ellos. Tabarnia puede ser republicana o monárquica. ¡Qué importa si es tan virtual como el independentismo!

Algunos soldados del procés creen en Tabarnia como un enemigo a batir. Esto es de un twitter: “De hecho estamos jodidos porque aunque en un referéndum de autodeterminación saliera Si a la independencia, por la misma ley se haría un referéndum de autodeterminación en Tabarnia, que saldría victorioso el unionismo por goleada, como se ha visto en los mapas de las elecciones. Si nos independizamos y nos quedamos sin Barcelona y Tarragona, que representa el 70% del PIB catalán, ya verás que cara de tontos se nos queda”. Como he dicho, Tabarnia les duele y cada vez un poco más. Tabarnia es el espejo donde se miran los independentistas y no les está gustando lo que ven ahí reflejado.

Que Boadella sea presidente en el exilio es tan significativo como que lo sea Puigdemont. Uno es un payaso profesional, el otro es un aprendiz de bufón. Personalmente me quedo con Boadella. Me hace reír y es más coherente y lucido que muchos “capullos disfrazados de segadors” o “pastorets”. Puigdemont no es creíble y está marcado por el 3%. En fin, tenemos Tabarnia para tiempo y mientras este aquelarre continua, los de Tabarnia estaremos aquí, degustando una buena butifarra con pa amb tomaquet. Bon profit!

César Alcalá