Parte del material recuperado

Los Mossos d’Esquadra detuvieron el 18 y el 20 de diciembre una mujer y un hombre, de 37 y 45 años, de nacionalidades armenia y serbia y vecinos de Llinars del Vallès, como presuntos miembros de una organización criminal que hurtaba a turistas en las áreas de servicio de las carreteras C-25 y AP-2. Todo ello después de que la policía detectara un aumento de este tipo de faltas a coches de turistas que circulaban por las vías mencionadas. Los detenidos pasaron el 19 y el 20 de diciembre a disposición del juzgado de instrucción en funciones de guardia de Granollers, que decretó libertad con cargos para los dos.

Según la policía, a menudo los detenidos pinchaban una rueda al vehículo de la víctima y lo seguían hasta que el conductor se detenía en el arcén. Entonces aprovechaban para sustraer los objetos de dentro del coche. En otras ocasiones hacían indicaciones al conductor indicándole que sufría una avería para que se detuviera sin ni siquiera pinchar ninguna rueda, y una vez parado hacían ver que le ayudaban para distraerlo y perperar el hurto.

Los Mossos también indican que a menudo los autores de los hurtos solían cometer las acciones punibles contra extranjeros que muchas veces no hablaban el idioma y que solían llevar grandes cantidades de dinero en metálico encima.

La policía recuerda que en julio pasado desarticularon un grupo criminal que cometía este tipo de delito. En ese momento el juez prohibió a los detenidos acercarse a menos de 300 metros de la autopista AP-7 a su paso por Cataluña.

Ahora, los Mossos afirman que algunos de los autores de los hurtos en la C-25 y la AP-2 eran miembros de esa red, que cambiaron las vías donde actuaban raíz de la orden judicial. Se trata, dicen, de un grupo de tres personas, cada una con un rol determinado. Una hurtaba las pertenencias de las víctimas, la otra las distraía y la tercera alquilaba los vehículos que utilizaban para cometer los actos delictivos.

A los dos detenidos hasta ahora se les relaciona, de momento, con cuatro hurtos, dos en Gurb, uno en Espinelves y otro en la Bisbal del Penedès (Baix Penedès). Los objetos y dinero sustraído tienen un valor de cerca de 50.000 euros, indica la policía. No se descarta implicarlos en más hurtos y se sigue buscando el último integrante de la organización criminal, aunque los Mossos sospechan que ha marchado del Estado.