Lucia Rodríguez

¿Qué es la manipulación?
La manipulación es hablar o actuar sobre otra persona con ls intención de que responda de una forma determinada, pero sin que descubra nuestra intenciones.
¿Cómo funciona la manipulación?
El manipulador intenta meterse en nuestra mente para descubrir nuestras motivaciones y analizar nuestras reacciones Cuando se hace una idea de cómo pensamos, utiliza ese conocimiento a su favor. En definitiva, maneja nuestras debilidades para conseguir algo que quiere.
Por ejemplo, si algún conocido sabe que nos enfadamos cuando se menciona cierto tema y lo saca a propósito para enfadarnos, es una manipulador. Cuando alguien sabe que tienes baja autoestima y te adula para conseguir algo que desea, es un manipulador. Algunos políticos, con sus promesas que cumplirán si son elegidos para el cargo y no cumplen después, son manipuladores. En publicidad podemos constatar miles de ejemplos de manipulación, sugiriéndonos que hagamos o compremos algo, generándonos necesidades extra, haciéndonos sentir culpables o estúpidos si no les hacemos caso.
Así pues, nos creemos muy independientes y con mucho criterio, pero lo cierto es que somos frecuentemente manipulados por nuestro entorno. Por esta razón es importante conocer las formas de manipulación -ya que algunas incluso las empleamos nosotros mismos con frecuencia-. Siendo conocedores de este tema podemos comenzar a liberarnos del yugo de la manipulación.

Cuando eres manipulado sientes ira, resentimiento hacia la otra persona….sientes que algo no cuadra. Y estás acertado/a. Estás siendo manipulado para hacer algo que no quieres hacer.
Los manipuladores son bastante egoístas, así que lo que quieren que hagas es algo que les beneficia de un modo u otro. Los manipuladores recurren a la manipulación por alguno de los siguientes motivos:

• tienen miedo de pedírnoslo directamente por si nos negamos. Por ejemplo, una persona expresa delante tuyo: “me haría tan feliz esto si lo consiguiera….” pretendiendo que lo consigas para él/ella

• tienen poca consideración hacia los derechos y sentimientos de los demás. Lo que ellos quieren creen que es más importante que lo queramos nosotros.

• quieren conseguir poder. Se sienten más fuertes si logran manipularnos.

• son incapaces o no quieren hacer lo que nos piden que hagamos. Hay personas que no pueden conseguir lo que quieren y se ven obligadas a depender de otros.

• Otros manipuladores recurren a la manipulación con intenciones más “nobles” que los anteriores, una especie de “manipulación benevolente”. Opinan que está justificado engañarnos ya que sus motivos son totalmente honestos.
Manipulación benevolente
Los manipuladores benevolentes creen que su concepto de lo bueno y lo malo es mejor que el nuestro y que necesitamos que guíen nuestras acciones por medio de su acertada idea de lo que está bien. Esto sucede a veces en el seno familiar, dado que sus intenciones son protegernos.

• Creen saber lo que nos conviene, y lo hacen por nuestro bien. Creen que somos demasiado vulnerables o estúpidos para saberlo por nosotros mismos
Aunque sus intenciones sean más benevolentes que las de los primeros, ya que no se benefician directamente de sus esfuerzos, siguen persiguiendo motivos egoístas: creen que tienen e derecho de imponernos sus deseos.

HERRAMIENTAS DEL MANIPULADOR

Emplean las emociones negativas, y como hay tantas, tienen una buena gama donde elegir.
• Culpa: consiste en insinuar que hemos hecho algo que no debíamos o que no hemos hecho algo que debíamos haber hecho. Los manipuladores intentan que nos sintamos culpables. No es necesario que realmente hayamos hecho algo que ellos piensen que está mal. Puede que nos critiquen por haber pensado hacerlo. La manipulación adquiere muchos disfraces manipulativos:

• Hacer daño a los demás: a pesar de que no somos responsables de las emociones de los demás, es decir, que cada debe responsabilizarse de sus sentimientos, de realizar interpretaciones ajustadas a la realidad, de confiar en sí mismo, etc. Esto se aplica cuando por ejemplo alguien nos dice que le hacemos daño si nos comportamos de forma diferente a sus deseos; solemos hacer lo que nos piden para evitar la culpa que sentiríamos de otro modo. Por ejemplo, si no acompañamos a tal persona a tal sitio le haremos daño; si vamos a tal sitio sin esa persona, le haremos daño.

• La prueba de amor: a veces intentan manipularnos diciéndonos que no los queremos lo suficiente, o nada, si no hacemos lo que quieren que hagamos. Exigen que les demostremos nuestro amor haciendo cualquier cosa que nos pidan, bajo el pretexto que sino no les queremos. Lo paradójico es que cuando alguien nos pide que le demostremos el afecto de esta forma, no nos quiere, nos ve más como una posesión que como una persona.
Otras formas de manipulación están basadas en nuestra necesidad de APROBACIÓN.

• Enfado: que alguien se enfade con nosotros puede resultar algo espantoso para muchos. Cuando alguien descubre que puede manipularnos enfadándose o fingiendo enfadarse, lo usarán cuando quieran. Sin embargo, mientras sepamos que no va a desembocar en violencia física, este tipo de enfado no ha de preocuparnos. Si alguien que nos comportemos de cierta manera, y lo que nos ofrece a cambio es no enfadarse, quizás no nos convenga esta persona. El problema es que a veces e motivo del enfado puede parecer justificado, y hacernos sentir que la persona se enfada por un buen motivo y que nosotros somos culpables y merecemos su ira. Ahí es donde no somos asertivos. Conviene atender a las maneras y las formas, si éstas no nos parecen adecuadas aclarar primero a la persona que no emplee esos modos y que podéis hablar sobre el tema con otro tono. Establecer tus normas.

• Adular: Consiste en colmarnos de elogios. Nosotros nos tragamos todo lo que nos dicen y esperamos más. Esos halagos nos ayudan porque tenemos mala opinión de nosotros mismos (es nuestra responsabilidad cambiar esta opinión). Debemos recordar que la gente que ofrece elogios gratuitos suele tener segundas intenciones, y la adulación es su forma de que piquemos el anzuelo. A largo plazo nos damos cuenta de que sus adulaciones no merecen el precio que tenemos que pagar por ellos.En resumen,Las formas de manipulación son sutiles y pueden ser directas o indirectas. Debemos familiarizarnos con ellas para poder evitarlas y no caer en la trampa. Si al final acabamos viendo que hacemos algo que no queríamos hacer, hemos de ver cómo ha ocurrido y cómo evitarlo en el futuro.También nos iría muy bien aprender a DECIR QUE NO sin sentirnos culpables. Para ello debemos tener claro que es un derecho asertivo por excelencia y no debemos mendiga el afecto de los demás si lo que nos sale es un NO. Respetarnos a nosotros mismos sin miedo a arriesgarse y perder el afecto de los demás.

Lucía Rodríguez

Psicóloga

 www.psitamvalles.com