
Están tan desesperados
que hasta se les ve el plumero,
y Artur Más es el culpable
con su método rastrero
y el gilí de Puigdemont
a cargado con el muerto.
Es obvia la desbandada
de esos éx consejeros
que, le cantaron la caña,
ya que no estaban dispuestos
a seguir , ni un día más,
ni a falsos sueños, ni inventos.
El pastel está servido
y pinta a ser indigesto.
Ya hace tiempo que apunté
que se degüellan entre ellos
ya que parece evidente,
que no cuelan sus proyectos.
A esos huidos consejeros,
consellers, para entendernos,
veremos si siguen más
o el caso queda resuelto;
que el patrimonio es sagrado,
y hay que dejarse de cuentos.
Francisco Barbachano