
Se afirma que en calidad
es muy notable en el mundo,
pero nuestra sanidad
anda de capa caída
porque la mano gestora,
empeora cada día.
La ministra Montserrat
y autónomos consejeros,
es obvio que cada día
sientan cátedra en ineptos.
Mienten más que parpadean,
pero se les ve el plumero.
Dicen poner solución
en los colapsos y esperas;
niegan la falta de camas
cuando es más que una evidencia.
Y es que esos prendas, se pisan,
hasta su propia conciencia.
Los recortes existentes
en la sanidad española
sigue generando alarma
impotencia y hasta llanto,
cuando por mera desidia,
se acaba en el Campo Santo.
Francisco Barbachano