Francisco Barbachano

Se advierte un madero
por un hombre arrastrado:
es Jesús, el Nazareno,
subiendo al Monte Calvario.
Le sigue Santa María
toda de negro penando.

Un gitanillo ante el Paso
se pone ante él de rodillas
y, mirando al Nazareno,
angustiado se santigua y dice:
¿Qué te han hecho padre mío?,
mirando sus llagas vivas.

El gitano está llorando
ante el Paso, de rodillas.
¡Y de pronto, se levanta!
da un salto y se planta encima
arrancándole a Jesús,
la cruel corona de espinas.

La multitud admirada
por el gesto, y conmovida,
con ¡olés! premia al muchacho
y en aplausos se desvive;
viendo que la faz del Cristo,
al gitano le sonríe.

Francisco Barbachano