En ocasiones la policía logra arrojar luz sobre historias realmente rocambolescas. Es lo que les ha sucedido ahora en Granollers: recibieron la denuncia de un empresario local de origen pakistaní porqué había pagado un rescate por el presunto secuestro de un compatriota, pero lo que realmente había sucedido es que le habían timado 50.000 euros por el sistema de los billetes tintados y se inventó el secuestro para poder recuperar el dinero…Los timadores, cuatro hombres de nacionalidad camerunesa y chadiana, han sido detenidos y el juez los ha dejado en libertad con cargos como presuntos autores de unos delitos de estafa y pertenencia a grupo criminal. El empresario de Granollers también fue detenido por simulación de delito.
Los hechos se remontan al 2 de marzo cuando los Mossos de la Unidad Central de Secuestros y Extorsiones (UCSE) recibieron la denuncia de un hombre de nacionalidad pakistaní por el secuestro de un compatriota suyo.
El denunciante, un empresario de Granollers, manifestó a los agentes que había recibido varias llamadas, en el que un hombre con acento africano le exigía un rescate de 3.500 euros por la liberación del secuestrado, el cual venía a Barcelona en tren desde Alemania.
En una de las últimas llamadas los secuestradores le dejaron hablar con su amigo, el cual le comentó que lo tenían retenido en París y que si no pagaba el rescate lo matarían. Ante estos hechos ingresó el dinero en una cuenta bancaria de Cataluña, tal y como le habían exigido los secuestradores, pero nunca tuvo conocimiento de su liberación, por lo que finalmente decidió denunciarlo a la policía.
La UCSE inició una investigación, en la que se realizaron diversas gestiones internacionales mediante Europol con las policías alemana y francesa, para localizar la víctima e identificar y detener a los presuntos secuestradores.
El día 17 de marzo los investigadores detuvieron a un hombre en L’Hospitalet de Llobregat cuando intentaba retirar dinero de la cuenta bancaria donde se había ingresado el pago del rescate y que había sido abierto utilizando una identidad falsa.
Las pesquisas policiales permitieron identificar dos miembros más de la banda, los cuales esta vez habían iniciado los trámites para estafar a un empresario del sector restauración de Badalona mediante el método de los billetes tintados.
Ante estos hechos, los agentes alertaron el restaurador de las intenciones del grupo y establecieron un dispositivo para detener a los estafadores. De este modo, el día 3 de abril arrestaron a dos dos hombres en un restaurante de la víctima en Badalona mientras intentaban realizar la estafa.
Fruto de la investigación, los agentes también pudieron determinar que el empresario de Granollers que había denunciado el secuestro también había sido víctima de una estafa por parte de grupo.
El empresario de Granollers aportó a los Mossos datos reales de los detenidos pero se inventó el secuestro para que la policía iniciara la investigación, detuviera los autores y así recuperar los más 50.000 euros que le habían conseguido estafar. Una parte del dinero lo había ingresado en la cuenta bancaria, no como un rescate sino como parte de la estafa.
De ahí que los agentes detuvieron el día 4 de abril al empresario por simulación de delito. El mismo día localizaron y detuvieron en L’Hospitalet de Llobregat a un cuarto miembro del grupo criminal.
Los detenidos pasaron a disposición judicial el día 6 de abril, el juez decretó libertad con cargos
Modus operandi de los billetes tintados
Los autores de este tipo de estafa suelen captar víctimas que han publicado un anuncio para la venta o traspaso de algún negocio.
Los estafadores se presentan como posibles compradores y manifiestan disponer de grandes cantidades de dinero que han tenido que sacar ilegalmente de su país, pero hacerlo les han tenido que tintar. Convencen la víctima que ellos tienen un producto o máquina que permite devolverlos a su estado original.
En el momento de la transacción económica aportan haces de papel negros, de tamaño y textura similares a los billetes de curso legal, y afirman que se trata de negativos o clichés que se pueden transformar en papel moneda legal mediante un procedimiento químico.
Para ganarse la confianza de la víctima los estafadores muy bien vestidos y dan sensación de tener una gran solvencia económica. El éxito de la operación de engaño radica en la escenificación que realizan para demostrar el proceso de transformación de los billetes. Los estafadores utilizan para su manipulación guantes de goma y mascarillas, y aconsejan a la víctima que se mantenga alejada, ya que los reactivos son productos químicos muy peligrosos, muy caros y difíciles de conseguir.
Una vez han establecido un vínculo de confianza dejan de lado el negocio inicial para ofrecer a la víctima una nueva línea para obtener beneficios. Los estafadores le piden que aporte la máxima cantidad de dinero que pueda conseguir, ya que mediante este procedimiento químico también pueden llegar a duplicar billetes, y pactan repartirse las ganancias de todo el proceso.
En un momento de la negociación los estafadores, con la excusa de ir a buscar más reactivos, cambian el fajo de papeles ennegrecidos por el dinero auténticos y se dan a la fuga.