Rebelde hasta la médula
Cristina de Borbón,
se enfrentó con gran descaro
a toda la Institución;
que ser infanta es un “chollo”
se tenga, o no, razón.
Como comentó el filósofo
Fernando Sabater,
un gesto de humildad
hubiese sido bien visto;
dejando la chulería
para su conyugue, ”el listo”.
Absuelta de toda culpa
aunque cueste de entender,
desafía a la Corona
con las ansias de volver
a figurar en la foto
junto a su hermano, el Rey.
Y aunque queda recorrido
para llegar al final,
está por ver si lo que digo
no se llega a consumar
y, como por arte de magia,
su sueño vuelve a lograr.
Francisco Barbachano