¡Que no lo comprende el pueblo
ilustres señorías!
¡Que esa vara de medir
es un cúmulo de críticas!
Y no quiero hablar de embudos,
porque creo en la justicia.
En las redes, el choteo,
es el pan de cada día,
afirmando que es más grave
el robar una gallina
que trincar a manos llenas,
según quien sea el que trinca.
Si es el código penal
el que permite desmanes:
¡caramba!, que lo reformen
para que seamos iguales.
Que se crea en la justicia,
y el que la haga, la pague.
Es seguro señorías
que la ley se aplica bien.
Pero explíquenle al profano
su rigor y proceder,
porque lo de Inaki y la infanta,
cuesta mucho de entender.
Francisco Barbachano