Un joven investigador nacido en Granollers hace 35 años, Javier Giménez González, puede tener en sus manos la posibilidad de acabar con la meningitis infantil en el tercer mundo, una patología que siega unas 300.000 vidas de niños cada año. El ingeniero Javier Jiménez (Granollers, 1982) ha desarrollado un pequeño aparato similar a un bolígrafo con el que se puede hacer un diagnóstico fácil, económico y rápido de la meningitis, lo que puede señalar la diferencia entre la vida y la muerte en la mayoría de los casos. Hasta ahora la única alternativa es la punción lumbar. Y en el 95% de los casos, al menos en el mundo desarrollado, las punciones lumbares dan resultado negativo.
El invento que ha desarrollado a través de una empresa fundada por él mismo (Newborn Solutions) es un dispositivo con forma de bolígrafo, que mide a través de ultrasonidos los glóbulos blancos que se encuentran en el fluido cerebroespinal situado debajo de la fontanela del bebé (la zona donde se unen los huesos del cráneo y que hasta los 18 meses de edad no se cierra por completo). El invento se ha bautizado como Neosonics.
Lo que permite Neosonics es detectar en un primer momento la presencia anormal de estas células en las meninges de una forma rápida, económica y no invasiva. Así, en los casos que se detecta esta presencia anormal, se puede iniciar a tiempo un tratamiento con antibióticos hasta que se realicen las pruebas definitivas. La punción lumbar, la técnica actual, es la que debe confirmar el caso posteriormente.
La tecnología, que podría evitar miles de punciones dolorosas e innecesarias y salvar muchas vidas en lugares donde no se puede hacer la prueba, podría estar en el mercado en un año. En África especialmente los niños con meningitis fallecen por que al no poderles hacer la punción lumbar se les dan medicamentos para otras patologías como la malaria.
Este invento le valió el pasado otoño a Javier Jiménez el reconocimiento de Innovador del Año por la edición española de la revista ‘MIT Technology Review’.