
Señor Presidente de Abertis.
Señor Director General.
Adláteres, bien pagados
para “pelotear”:
en tocante a Autopistas
miserables, nada más.
Maltratar al jubilado
que, en activo fue vital,
para el buen funcionamiento
de una Empresa singular,
és inmoral, indecente,
y no me quiero alargar…
Suprimir, sin previo aviso,
el obsequio navideño
en su día acordado
por mediación de Convenio:
tiene tantos adjetivos,
que el más suave es el de memo.
La ética, la desconocen.
Sensibles, cero patatero
y el mamarracho de turno,
firmó el inmoral decreto…
¡Para qué seguir hablando,
de un hecho tan canallesco!…
Francisco Barbachano