Los alcaldes y alcaldesas y concejales y concejalas que se dedicaron a ir a su ayuntamiento el día 6 de diciembre, hicieron méritos para ser investigados por gastar inútilmente dinero público en, como mínimo, electricidad, calefacción y agua cuando no había ninguna necesidad de hacerlo. Por lo menos, podrían tener el detalle de informar qué hicieron y a cuántos ciudadanos atendieron suplantando la labor del funcionariado, lo cual implica intrusismo.
Sin embargo, no es necesario que expliquen lo eficaces y eficientes que fueron yendo a trabajar ese día porque ya se sabe lo que hicieron: no hicieron nada, ni tan siquiera pasaron la mopa por el suelo ni vaciaron las papeleras. Por supuesto y como era previsible, no atendieron a ningún ciudadano. Según contaron las crónicas del evento, las dependencias municipales permanecieron cerradas no fuera que se colase alguien pidiendo resolver cualquier cuestión o para entregar una instancia-petición en el registro, lo cual se habría convertido en un problema puesto que el programa informático no tiene previsto efectuar anotaciones en día festivo. La informática es más lista que los ediles.
En definitiva, puede que acudieran al ayuntamiento el día 6 de diciembre, pero, lo que no pueden probar es que fueran a trabajar. No se encontraría a ningún ciudadano para testificar que los vio trabajando, o sea, estamos ante un gran engaño, grande porque fue promovido por unos 350 ayuntamientos. Cada vez está más claro que cualquier actuación del separatismo, equivale a un fraude a la población.
El PDECat aseguró ante la prensa que sus cargos electos trabajan 365 días al año. De ello, la autoridad competente y los sindicatos deberían tomar nota y ponerle coto porque es una flagrante infracción de la normativa que afecta y protege a los asalariados. El PDECat, sin embargo, debería aclarar qué interpretación le da a la palabra “trabajar”. Quizá para él, para la CUP y para ERC, trabajar consiste en hacerse una foto junto a una placa que sustituía el nombre de una plaza en Celrá. Donde decía Constitució ahora dice María Mercè Marçal (ver Wikipedia para mayor información). Al acto acudió doña Carme, la cual entre el desplazamiento, la presencia en la plaza donde se desarrolló el acontecimiento y, se entiende, que la invitarían a comer, estuvo trabajando todo el día, en vez de aprovechar la jornada festiva para repasar, si es que lo ha leído alguna vez, el texto constitucional con lo que se evitaría problemas judiciales. Por cierto, ¿cuántos separatistas habrán hojeado la Constitución? Es pedante su crítica o rechazo en base a referencias de terceros, referencias que muchas veces son transparentemente malintencionadas.
M. Riera