
Dicen que Begoña Gómez
esposa de Pedro Sánchez,
ya tenía las cortinas
de La Moncloa encargadas;
y que Pedro está asustado
al verla tan cabreada.
Soñaba de noche y día
lo de ser primera dama,
y pasear por palacio
como Pedro por su casa.
Vive sin vivir en ella,
como en las viejas baladas.
Pedro quiere convencerla
pero Begoña , no traga;
porque el bochorno pasado
la tiene desesperada.
Ella ve que pintan bastos,
para que suene la flauta.
Empeñado en consolar
a su Begoña del alma,
le dice que La Moncloa
muy pronto será su casa
y que no anule el encargo,
de las cortinas de marras.
Francisco Barbachano