
Unos desconocidos ensuciaron este domingo la placa del tramo de la plaza de la Porxada, que hasta hace unos meses llevaba el nombre del alférez Manuel Montaña. La acción no ha sido una simple gamberrada ya que a pocos metros, instalaron una pancarta, firmada por “la Falange”, que reivindicaba la figura de Montaña. La cuestión ha provocado la condena “más rotunda” del PSC de Granollers que ha calificado la actuación de la Falange de “acto vandálico fascista”. La CUP de Granollers, que fue quien alertó de la gamberrada, ha señalado por su parte que “todavía se produzcan ataques y enaltecimientos de este tipo es una clara muestra de que el fascismo está todavía presente de manera impune en nuestra sociedad”. El Ayuntamiento de Granollers, mediante una nota pública, también ha mostrado su rechazo a la acción de la Falange.
En su web “la Falange” reivindica la acción como un homenaje al Alferez fallecido y atribuye la retirada de la plaza que lo recordaba ” a los herederos de aquellos comités revolucionarios, los de los paseos y las chekas”. “Después de años intentándolo, este enero, los grupos municipales comunistas y separatistas se han salido con la suya con la complicidad, o más bien traición, de parte de la familia Montanyà”, comentan.
La Comisión de Nomenclátor de Granollers decidió sustituir hace unos meses el nombre de la plaza Manel Montanya después de que lo solicitara directamente la familia del vecino de Granollers que se incorporó a las tropas franquistas en calidad de Alférez provisional y falleció en una acción de combate en 1938. Tras la guerra, la placa de calle en recuerdo fue colocada a petición de los ex-combatientes locales. En los años 80, cuando se retiraron todas las placas con referencias al franquismo, esta se conservó con algunos cambios.
Durante años formaciones como ICV habían venido reclamando su retirada. El año pasado, la CUP puso en marcha una campaña específica reclamando el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica que logró, tras diversos actos, que el Ayuntamiento de Granollers decidiera estudiar el caso en la Comisión de Nomenclator. Tras que diversos representantes de la familia pidiera directamente la retirada se decidió quitar la placa dedicada al Alférez y convertir la pequeña plaza en una prolongación de la Porxada.