Las dos comunidades musulmanas de Mollet (Comunidad Al Huda y Comunidad Islámica de Mollet), presentaron este marte en La Marineta el documento ‘Mollet del Vallés por la convivencia’. El manifiesto quiere ser “un primer paso para la creación de un movimiento que defienda la convivencia dentro de la diferencia y también de lucha contra la islamofobia”.
Las entidades denunciaron antes de la rueda de prensa a través de las redes sociales que en Mollet existe “islamofobia institucional” y ponían como ejemplo de ello el equipo de gobierno municipal convocara a la misma hora de la rueda de prensa la presentación la Comisión de Solidaridad formada por diversas asociaciones municipales, “a fin de que no estén presentes en el acto e impedir que la prensa local haga acto de presencia”.
Al Huda y la Comunidad Islámica de Mollet, en su manifiesto señalan los «problemas de espacio y de lejanía con el casco urbano» de los dos centros de culto de qué disponen. Explican que «las peticiones de traslado para adecuar los oratorios a nuestras necesidades deben ser entendidas como unos derechos que tenemos por ser ciudadanos de Mollet». Las dos entidades acusan al Ayuntamiento de poner «trabas» a sus derechos religiosos. En este sentido, insisten en que el consistorio cambió las normativas urbanísticas para no permitir el uso del local precintado de la Avenida Badalona como centro de culto.
El manifiesto conjunto denuncia «discursos políticos envenenados», «discriminaciones» y «aislamientos» por parte del Ayuntamiento, gobernado por el PSC. El manifiesto señala que el centro de culto de la calle Sant Ramón tiene un problema de espacio, y que el centro del Polígono de Can Prat está demasiado alejado del casco urbano. Por ello, escriben que «las peticiones que hemos hecho en los últimos años de traslado para adecuar los oratorios a nuestras necesidades deben ser entendidas como unos derechos que tenemos por ser ciudadanos de Mollet, no son cuestiones relacionadas con la extranjería, como se considera desde diversos ámbitos. Los musulmanes somos ciudadanos de Mollet de pleno derecho, como el resto de vecinos de la ciudad. (…) No pretendemos que se nos regale nada, no queremos ninguna excepción ni ninguna norma: sólo que se nos trate igual que a los demás».