En el universo independentista que nos a tocado vivir y sufragar en Cataluña, cuenta con una serie de alumnos aventajados que utilizan no solo la manipulación perversa del lenguaje, que aún van más allá desafiando unos mínimos principios éticos, y como el “foto-periodista” Jordi Borras, sin despeinarse utiliza la red social twitter para realizar burdos montajes fotográficos de presuntos ataques a Cataluña, utiliza fotos públicas de la Guardia Civil hechas en Melilla, y que él mágicamente sin sentir vergüenza alguna, localiza a la benemérita a cientos de kilómetros intimidando a seguidores Vascos que vienen a Cataluña. Todo quedaría en una simple anécdota de un aprendiz de victimista más o menos interesado que tan de moda pululan en el separatismo, el problema real es que desde los medios públicos y subvencionados catalanes se le da una cobertura mediática a la altura que le darían a una persona que realmente aportara un valor añadido a la sociedad.
La argumentación que utiliza para justificar el odio que siente a su país es simplemente infantil, que en España (incluida Cataluña) existe por desgracia personas con ideología de extrema derecha, o de extrema izquierda es una obviedad, pero que no solo ocurre en España, sucede en cualquier país de nuestro entorno, decir que el “españolismo” es de extrema derecha, es lo mismo que decir que el “francesismo” o el “alemanismo” es de extrema derecha! No sé en qué facultad de ciencias de la información estudio el “foto-periodista” pero está claro que el resultado fue inversamente proporcional, y su labor real es la desinformación. Por otro lado debería saber que en Cataluña no pueden haber “unionistas” en cambio sí hay separatistas, por algo tan simple que algo que ya está unido no se puede volver a unir, en cambio sí se puede intentar separar.
Pero el problema real es la utilización de los medios de comunicación públicos con fines ideológicos, y concretamente en Cataluña con un solo fin ideológico, el fin de dividir, y enfrentar a la sociedad, con supuestos ataques y agravios que solo son espejismos en el camino desértico y anacrónico del independentismo, que con la vista perdida en el horizonte se resiste a desviar ligeramente la mirada, y observar que la sociedad reclama solventar problemas reales del día a día, y reformar lo que sea necesario para encarar el siglo XXI incrementando y afianzando el bienestar social.
Más Cataluña, más España, y más Europa nos llevará a un futuro mejor, el futuro de la convivencia y la construcción europea, en la que España tiene un compromiso y un papel fundamental trabajando en el andamio de tan necesario edificio común.
Jordi Rosiñol