mariano

Por enésima vez, el Govern se ha embarcado en una campaña internacional para promocionar la independencia: ha enviado a las embajadas de los Estados UE un cartapacio de 53 folios explicando los pesares soberanistas del muy sufrido pueblo catalán y lo pérfido y malo que es  el Gobierno español porque se niega que los separatistas se pongan la legislación democrática por montera.

Los ciudadanos esperan que en un tiempo prudencial, el Govern informará cuántos Estados se han molestado en acusar recibo, cuántos han contestado y en qué sentido lo han hecho, cuántos se han adherido al llanto y han ofrecido un pañuelo o cuántos han puesto directamente el sello de “archívese” sin tan siquiera hojearlo.

La excusa que se pone por el empecinamiento en involucrar a los gobiernos europeos es que “el proceso soberanista intenta  satisfacer la voluntad de los ciudadanos a ser consultados”. La excusa son los ciudadanos y no el programa electoral como si los Estados no supieran que hay unas elecciones anunciadas y si contestan serán utilizados a la usanza de como son utilizados constantemente los que cometieron el desliz de ir a votar el 9-N.

Las campañas para convencer al mundo, el President las tiene muy metidas en la cabeza, ¿por qué será? Quizá sea porque ni él mismo se cree eso de la independencia  y busca aliados para, si encuentra alguno, sentirse más convencido.

En abril de 2013, el President fue a Bruselas en busca de apoyos y después a través del Diplocat montó una campaña internacional. A mediados de diciembre de 2013, programó otra campaña en Europa con el lema “Let us vote”. En enero de 2014 envió una carta a los primeros ministros de la UE más al Presidente de la República francesa y al Presidente de la Comisión Europea pidiéndoles auxilio frente a la cabezonería del Gobierno español de no atender sus ensoñaciones.  A principios de marzo de 2014, se visitaron 30 legaciones extranjeras en Madrid recabando solidaridad con la secesión. En octubre de 2014, la Generalitat repitió la visita a embajadas para explicar sus problemas secesionistas.  En diciembre de 2014, se encargó, previo pago, a diarios de Macedonia, Lituania, Luxemburgo, Portugal, Estonia, Irlanda y Suiza  la publicación de un artículo firmado por el President ensalzando la secesión.

A pesar de ese despliegue o trajín, ninguna acción ha tenido reacción. Es como si los Estados UE oyeran llover, pero el President insiste e insiste y lo único que consigue es conmiseración hacia el pueblo catalán por los dirigentes  regionales que a éste le ha tocado en suerte. El comentario más extendido por Europa sobre este asunto es que si el President no es capaz de dialogar con Madrid, ¿cómo va a hacerlo con París, Londres, Bruselas, Berlín, Roma, etc?

M. Riera

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