Ya ha pasado todo el clan
de los Pujol-Ferrusola,
por la Comisión insólita,
del Parlament Catalá;
ese gran club del “choteo”
a la hora de investigar.
Todas esas Comisiones
no han servido para nada,
sólo han sido un pretexto
para ocultar el trincar:
unas veces de los vástagos
y otras de papá y mamá.
Se han burlado a placer
de todos los diputados
y no digamos del pueblo:
el mayor perjudicado
que ese clan defraudador,
concientemente, ha robado.
El peso de la justicia
es quien los debe juzgar.
Esos jueces y fiscales,
con toda severidad;
para que, los de a pié,
pueda en ellos confiar.
Francisco Barbachano