Y la Rahola, ¿Qué opina de esto Pilar Rahola? Me gustaría saberlo.
En Ossa de Montiel, provincia de Albacete, en la Comunidad de Castilla-La Mancha, se han pasado tres pueblos. Resulta, amiga Rahola, que allí celebran un carnaval, muy reputado en la comarca, y que este año el rey del carnaval ataviado con una bandera española, con el águila de San Juan, y a modo de capa, simuló disparar contra unos supuestos Mossos d’Esquadra ataviados con barretina y espardenyes de set vetes. En el momento en que el gentío veía como se ejecutaban los Mossos, un comentarista de la televisión local que retransmitía en directo la popular fiesta, se refirió a ellos como “terroristas”. Otro comentarista le seguía el discurso y explicó cuando entraron los policías que “Esto es un ataque al Carnaval. Mira, una bandera de Cataluña, atención que esto no puede ser bueno. Estos son los malos seguro”. “Esto no es coña, o lo arreglamos así a tiros o no lo conseguiremos”, añadió más tarde. Y remató con un “el Rey Carnaval nos ha liberado”, después de que éste hubiera tiroteado a los Mossos. El comentarista, finalmente se despide, de la audiencia asegurando que “me voy a repartir algunos golpes a alguno de CiU o ERC que me encuentre o a algún catalán”.
Me extraña no verte ya en la tele diciendo “Veus, amic Jooosep…Això és una prova de que nos ens estimen!!”, “Això no es pot aguantar!! S’han saltat totes les línies vermelles!! y leer en tu columna una contundente denuncia contra la “catalanofobia” que campa “por la España más cerril y profunda”. Me extraña, porque a tí se te da de perlas eso de denunciar los excesos.
Ah…que, la cosa no fue exactamente tal y como lo cuento y que eso del Carnaval, no sucedió en Ossa de Montiel, sinó en Solsona y que las víctimas de la burla eran el Ejército Español, los ciudadanos españoles, la enseña nacional y los votantes del PP.
Bueno, discúlpenme. Todo el mundo puede confundirse.
De todas maneras, no importa. No opinar sobre una burrada semejante para condenarla sería lo mismo que pensar que hay ofendidos de primera y ofendidos de segunda. Excesos verbales y gestuales que merecen ser criticados, y otros que no. Una distinción que cualquiera que quiera llamarse demócrata jamás hará ¿Verdad?
El silencio sobre esta cuestión entre algunos opinadores es inquietante.
Y la Rahola, ¿Qué opina de esto Pilar Rahola?
Diábolo