Foto: ACN
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La Roca, 6 de junio de 2013

El subdirector médico de la prisión de Quatre Camins Xavier MR ha asegurado este miércoles por la tarde que es “inocente” de todos los malos tratos por los que ha sido juzgado y que su comportamiento fue “honorable y digno”. Además, ha asegurado sentirse “orgulloso” de lo que hizo la noche tras el motín del año 2004, y ha afirmado que todos los presos que necesitaron asistencia médica la recibieron allí mismo. Igualmente, ha negado que actuara por venganza, ya que ninguno de los presos condenados por el intento de homicidio del subdirector del centro y el secuestro de otro funcionario tuvieron que ser atendidos.

En el último turno de palabra, al finalizar el juicio, Xavier MR aseguró que esa noche los responsables del Departamento de Justicia tomaron “una decisión de ejecución muy complicada”: el traslado de 51 presos amotinados a otras cárceles en sólo tres o cuatro horas. Por ello, se siente “muy orgulloso” de lo que hizo, ya que “quizás era el único mando de todo el departamento que supervisaba las órdenes”. Según él, “todos los pacientes fueron tratados correctamente y ninguno necesitó más ayuda de la que allí se les dio”.

Por último, ha dicho que no actuó con ánimo de venganza, ya que ninguno de los presos condenados por el motín y el intento de homicidio del subdirector de la prisión sufrió ninguna lesión.

Por su parte, Yolanda MS, una de las funcionarias acusadas, dijo que seguramente ahora volvería a hacer lo que hizo: ir a la cárcel fuera del horario laboral para ayudar a sus compañeros. “Fui al centro con ánimo de ayuda y colaboración, seguramente lo volvería a hacer porque siempre me enseñaron que hay que echar una mano en situaciones de necesidad”, dijo. Además, ha dicho que ella no estaba “irritada ni emocionalmente condicionada” porque no había vivido el motín.

También ha asegurado que no tenía ningún ánimo de enriquecimiento, porque no pidió cobrar las horas extras que hizo. La mujer lamentó que supo que estaba imputada un año después de los hechos porque un preso dijo que le había agredido una tal “Yolanda” con el cabello negro y largo. Los otros cuatro acusados ​​no han hecho uso del derecho a la última palabra.

Durante la última sesión del juicio, la fiscalía ha reiterado los argumentos para pedir siete años de prisión por el subdirector médico, tres por una funcionaria y un por cuatro funcionarios más. Según el ministerio público, la versión de los funcionarios es incompatible con los informes médicos de lesiones que presentaron los presos trasladados y supuestamente agredidos.

En cambio, las defensas han recordado que los presos amotinados eran del módulo 1, el más peligroso, y no era una “banda de amiguetes”. Han pedido la absolución, pero en caso de condena, piden que se tengan en cuenta las dilaciones indebidas en el proceso.

Los abogados defensores han querido remarcar las supuestas contradicciones y mentiras de los presos denunciantes y el abogado del subdirector médico ha recalcado que él salvó el subdirector del centro, que los presos habían agredido brutalmente, y que esto lo hizo identificable por los reclusos, porque llevaba la camisa manchada de sangre. Además, el médico pedía a otros funcionarios que no agredieran ningún preso y quiso hacer un informe de lesiones por cada preso trasladado aunque no necesario.

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