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Mollet, 30 de abril de 2013

La tardía entrada en funcionamiento de los nuevos radares de Mollet del Vallès podría afectar las previsiones de ingresos del Plan Económico Financiero del Ayuntamiento. A principios de 2013 los responsables municipales calcularon que la puesta en marcha de los dos nuevos dispositivos de  la  Ronda dels Pinetons y la avenida Rivoli permitiría ingresar unos 300.000 euros anuales. Con toda probabilidad la realidad no se ajustará a las estimaciones del consistorio, puesto que el gobierno municipal aún está a la espera de recibir el certificado necesario para poderlos activar.

Aunque la previsión inicial del Ayuntamiento era que con la instalación de los nuevos radares supusiesen una entrada de dinero de unos 300.000 euros anuales a las arcas municipales procedentes de las sanciones, existen dos factores que pueden hacer rebajar estos cálculos. De entrada este año los dispositivos se activarán con meses de demora, lo que supondrá una partida inferior en este concepto para el cómputo global de 2013: “Esperamos poder recibir el certificado para ponerlos en marcha a lo largo de la próxima semana”, señala el concejal de Seguridad Ciudadana, Josep Garzón.

El segundo aspecto a tener en cuenta se basa en el descenso de un 20% de las infracciones que se ha detectado en los últimos meses, sobre todo en las vías donde se han colocado cámaras en semáforos para evitar que los conductores crucen con el disco en rojo: “Los molletenses ya lo saben y no cometen infracciones en este punto, pero también los vecinos de Sant Fost y Martorelles, los que aún lo cruzan y se les multa suelen ser vecinos de otros municipios que no visitan Mollet a menudo”, destaca Garzón.

 

Radares, reivindicados y odiados

La instalación de radares siempre ha sido una cuestión delicada. Estos dispositivos que cumplen una función pedagógica de la seguridad vial y a la vez recaudatoria, dividen a la ciudadanía entre los que defienden su funcionalidad para evitar accidentes y los que critican que un leve despiste en el pedal del acelerador repercuta negativamente en su economía doméstica. Los nuevos dispositivos que se han instalado este año en Mollet del Vallès son un ejemplo de esta divergencia de opiniones al encontrarse en zonas especialmente sensibles, donde la tendencia de los conductores puede impulsarlos a exceder el límite de velocidad en casco urbano, establecida en 50 km/h.

“Precisamente el radar ubicado en la avenida Rivoli se instaló a partir de la petición que realizaron los vecinos, en un zona donde hay un equipamiento educativo y el campo de fútbol entre otros”, argumenta el concejal de Seguridad Ciudadana, Josep Garzón, que apela a la preocupación de los habitantes de Mollet para con esta área, donde algunos conductores superan los límites de velocidad y que además cuenta con un cambio de rasante que puede reducir la visibilidad si se conduce por encima del límite establecido.

El otro punto que incorpora dispositivos de este tipo es la Ronda dels Pinetons, cerca del nuevo hospital. “Aquí nos hemos encontrado que en la recta situada entre las dos rotondas hay conductores que llegan a poner el coche a 80 km/h y que alcanzan los 100 km/h, algo muy peligroso”, argumenta Garzón, que alerta del riesgo que significa esta conducción para los vecinos de la zona y también para el resto de conductores.

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