Foto: Xavi Solanas
Foto: Xavi Solanas

Mollet, 27 de abril de 2013

El mítico Club Sant Jordi de Mollet del Vallès ha vuelto a abrir sus puertas esta semana. La reapertura llega después de siete largos meses de reivindicaciones ciudadanas y del acuerdo al que han llegado el Ayuntamiento y la Fundació Catalunya – La Pedrera, propietaria del edificio. A partir de ahora, el consistorio se hará cargo de los gastos de mantenimiento y funcionamiento del espacio que en esta nueva etapa estará abierto a todas las personas mayores de la ciudad y ofrecerá actividades de envejecimiento activo.

Más de 200 personas asistieron el pasado lunes por la tarde a la reapertura del emblemático espacio Sant Jordi de Plana Lledó, todo un hito para las decenas de personas mayores que a lo largo de los últimos meses han reclamado la recuperación de su lugar de encuentro: “Nos daba mucha pena ver como sobre todo en invierno los abuelos no podían ir y se encontraban en lugares alternativos”, señaló el representante del colectivo, José Luque, quien se mostró muy orgulloso a pesar de no disponer del equipamiento al 100%: “Tenemos biblioteca, mesa para jugar a las cartas y al dominó y un billar, pero faltan otras cosas como un televisor y un plan de actividades que redactará el Ayuntamiento”.

La reapertura ha sido posible gracias al acuerdo de cesión al que el Ayuntamiento y la Fundació Catalunya – La Pedrera, propietaria del edifico, han llegado. Éste se ha materializado en la cesión del espacio al Consistorio, que a partir de ahora se hará cargo de los gastos de mantenimiento y funcionamiento, que tendrán un coste aproximado de 6.000 euros anuales. Además, durante los últimos meses, el Ayuntamiento ha llevado a cabo obras de mejora en el tejado y en el sistema de calefacción del edificio por un valor de 40.000 euros.

El alcalde de Mollet, Josep Monràs, se mostró muy satisfecho de haber conseguido reabrir este equipamiento, gracias al esfuerzo conjunto del Ayuntamiento, la Asociación de Vecinos de la Plana Lledó y los socios del antiguo Club Sant Jordi. “Estoy emocionado de ver las caras de felicidad de los que estáis aquí porque, finalmente, hemos conseguido volver a abrir estas puertas y volver a ser un espacio vivo para toda la ciudad”, explicó en el acto de reapertura. Monràs también agradeció a la directora general de la Fundació Catalunya – La Pedrera, Marta Lacambra, y a la directora del Área de Impulso Social, Marta Torras, las facilidades que les han dado para hacer posible la cesión del centro.

La concejala de Gent Gran, Ana María Díaz, indicó que el Ayuntamiento asumirá la dinamización del espacio con un programa de actividades consensuado con la Fundación y que gestionará Cajón de Cultura, la misma empresa que coordina las actividades del centro de servicios para personas mayores de El Lledoner. “El casal dejará de ser de uso restringido para socios y estará abierto a todos los ancianos de la ciudad”, explicó la concejala, quien aseguró que además de las actividades de ocio que ya se llevaban a cabo, el gobierno molletense “potenciará el envejecimiento activo con nuevas propuestas”. La previsión es que próximamente se constituya una nueva Junta y que los usuarios del club participen en posibles excursiones y actividades que se programen.

 

Un cierre polémico

 

El patronato de la Fundació Catalunya – La Pedrera cerró el local el pasado mes de agosto de 2012, argumentando que este tipo de clubes para personas mayores “tienen un coste muy elevado de mantenimiento” y “no responden a una necesidad prioritaria”. Esta decisión levantó muchas críticas entre los usuarios de esta instalación que se sintieron engañados y protagonizaron protestas, elevando sus peticiones hasta el pleno municipal del mes de octubre de 2012, que aprobó por unanimidad una moción para apoyarles en su demanda.

El Club Sant Jordi funcionaba en la ciudad desde hace 25 años y se construyó gracias a los ahorros de los ancianos del barrio de Plana Lledó, ya que la condición que desde un principió estableció la antigua propietaria – Caixa Catalunya- fue que los socios domiciliasen la pensión en la entidad o formalizasen una imposición a plazos de 3.000 euros.

En el último año Catalunya Caixa ha reconvertido 41 de los 45 centros de este tipo que existían en el territorio catalán y que estaban dedicados al “envejecimiento pasivo”. El objetivo de la fundación es ir sustituyéndolos por proyectos “viables económicamente y que suplan las carencias de cada territorio”.

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