
Les Franqueses, 15 de abril de 2013
¿Quién dijo que las nuevas tecnologías están reñidas con la tercera edad?. El Casal d´Avis de Bellavista cuenta desde hace cinco años con cursos periódicos de informática que constituyen un auténtico éxito: abuelos entre los 60 y los 90 años, aprenden allí los “secretos“ de la ofimática o la navegación por Internet. Es más, están encantados con ponerse al día en las nuevas tecnologías. Han descubierto que ello les permite, sin pedir ayuda, hace cosas como comunicarse con un hijo o un nieto que vive en el extranjero. Tanto les gustan que la decisión del Ayuntamiento de Les Franqueses de dar un giro a la enseñanza de esta especialidad ha provocado una auténtica tormenta. El pasado 19 de febrero, el coordinador general del Ayuntamiento, Joaquim Bach, comunicó a la profesora que puso en marcha el servicio y que lo mantenía vivo, Dolors Amaro, que se había decidido prescindir de su servicio a partir del día 28 de febrero. La medida no ha gustado nada a las más de 80 abuelos que utilizaban el servicio – la mitad de los cuales eran también usuarios del Casal d´Avis – y han decidido protestar por ello. Su primera acción ha sido la de dejar de acudir a las clases; ahora se han propuesto acudir a donde haga falta para protestar por el despido de la antigua monitora y reclamar que se le haga justicia con ella. Los usuarios del servicio de informática del Casal dels Avis de Bellavista, además, se sienten engañados en relación a este tema por la regidora de la Gent Gran, Rosa Maria Pruna. Al parecer, la monitora puso en marcha ya hace unos años este servicio de forma voluntaria, y más adelante, tras ver el éxito que tenían las clases, el Ayuntamiento se ofreció a pagarle un pequeño sueldo, equivalente al Salario Mínimo Interprofesional.“Dolors se ha entregado a nosotros durante estos años“, explica una de las usuarias,“Nunca ha escatimado en horas y esfuerzos, pese a que el ayuntamiento nunca le ha pagado lo que se merecía por su trabajo“. Tanto es así que un grupo de los usuarios se dirigió a la regidora pidiendo que se mejoraran sus condiciones laborales.“Le dijimos que esta persona necesitaba vivir“, recuerdan. También señalan que eran conscientes del magro sueldo que percibía la monitora por lo que que algunos de ellos no dudaban en aportar una mejora en forma de tappers con comidas caseras. Según los abuelos, la regidora les dio “esperanzas“ de que se mejoraría la situación de la monitora, pero la realidad ha sido “que a lo pocos días le han dicho que se tenía de ir de allí“.“Nos sentimos engañados“, repiten una y otra vez los usuarios de informática, y están dispuestos a acudir allí donde haga falta para que se les escuche.