ORIOL SERRA
Desde la semana pasada, ya es posible en Granollers comprar pescado fresco a cualquier hora del día. Peixos Paquita, una pescadería de la calle Roger de Flor, ha instalado en su establecimiento una máquina expendedora que permite comprar productos del día durante las 24 horas. “Se trata del mismo pescado que vendemos en horario comercial, con la misma calidad y al mismo precio, pero con la ventaja de que lo puedes comprar cuando sales del trabajo o vas a buscar los niños al colegio, aunque la tienda se encuentre cerrada”. Lo explica Gisela Comas, propietaria y segunda generación al frente de este negocio familiar que abrió sus puertas en 1967. Y también responsable de la que posiblemente sea la mayor innovación llevada a cabo en mucho tiempo en una pescadería vallesana.
De hecho, ésta es la tercera máquina de este tipo que se instala en toda Catalunya. Las dos primeras se encuentran en Barcelona y Vic y entraron en funcionamiento, respectivamente, en junio y septiembre. La de Peixos Paquita funciona desde principios de la semana pasada y por ahora ha dado resultados positivos. “Estamos contentos”, asegura Comas, “el nivel de ventas ha sido bueno, a la clientela de toda la vida le gusta la idea y nos ha traído gente nueva que antes no venía a comprar”. Un éxito en el que han sido factores determinantes tanto el carácter novedoso de la apuesta como su ubicación en una de las vías más transitadas de Granollers. “Por aquí pasa muchísima gente, por eso me atreví a hacer esta inversión”, reconoce Comas, quien también cree que el boca oreja ha hecho su parte: “Una parte importante del género que colocamos el pasado domingo no se vendió, y el lunes decidimos rebajar su precio a la mitad; en cuestión de horas se había agotado”.
El personal del propio establecimiento se encarga de cortar, empaquetar y etiquetar el pescado que se acaba vendiendo en la máquina. Pero eso no es todo. Este sistema permite también atender pedidos telefónicos o por e-mail. “El cliente nos encarga el tipo y la cantidad de pescado que quiere y nosotros se lo dejamos en la máquina para que él lo pueda recoger cuando le vaya mejor”, eso sí, “con un código personal para que solamente él pueda acceder a aquel pedido”. Una facilidad que sin duda agradecerán todas aquellas familias cuyos horarios laborales les dificultan la compra diaria de productos de calidad y proximidad. Y un punto a favor del pequeño comercio granollerense.