Foto: Xavier Solanas

ORIOL SERRA

El Ayuntamiento de Martorelles le pondrá las cosas difíciles al grupo italiano Piaggio en el caso de que abandone la planta de Derbi sin haber facilitado la entrada de una tercera empresa que garantice el futuro de sus 140 trabajadores. Lo hará “poniéndole todos los impedimentos posibles, como por ejemplo una mayor carga de impuestos por los activos que deja en el municipio”, a la que se podría añadir “una variación puntual urbanística de la zona que pueda aportar un beneficio a la población y evite cualquier especulación que el grupo italiano pueda llevar a cabo con el edificio y los terrenos”. Todo ello, “en el caso de que no se cumplan los acuerdos firmados ni se facilite la entrada de un nuevo proyecto empresarial”, tal y como advierte un comunicado municipal y según explicó el alcalde, Romuald Velasco, a los representantes del comité de empresa.

Un acuerdo firmado el año pasado entre Piaggio y los representantes de la plantilla martorellense establece el próximo 31 de julio como fecha en la que el grupo italiano cesará la producción de motocicletas en la histórica planta vallesana. El mismo acuerdo obliga a la multinacional a buscar una solución para mantener activa la fábrica una vez pasada esta fecha. En un principio se había planteado la posibilidad de venderla a una tercera compañía, aunque posteriormente Piaggio se comprometió a quedársela transformándola en un centro de producción de piezas y recambios. Un proyecto que acabaría abandonando el pasado mes de febrero. De esta manera, y a tan sólo tres meses de la fecha límite, el futuro de la factoría martorellense se dibuja incierto.

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