Foto: Xavier Solanas

ALBERT SEGURA

La activista propalestina Teresa Sala fue detenida el pasado domingo en el aeropuerto de Tel Aviv (Israel) cuando participaba en la operación Bienvenido a Palestina, también conocida como la tercera flotilla. Esta actuación, llevada a cabo por unos 500 agentes de la policía israelí, se ejecutó con el objetivo de deportar a todo aquel que pusiera un pie en el aeropuerto Ben Gurión con intención de mostrar su solidaridad con la causa palestina. Un total de trece personas fueron expulsadas del país, entre ellas la molletense miembro de la ONG Paz Ahora y de la plataforma Aturem la Guerra, que se encontraba en la instalación pendiente de desplazarse a Belén para tomar parte en una misión humanitaria.

Teresa Sala era una de las 200 personas que en el marco de la acción solidaria Bienvenido a Palestina, pretendían desplazarse hasta Belén para participar en una acción para construir una escuela en esta zona del planeta. De éstas, tan sólo 29 lograron burlar a los más de 500 agentes israelíes que impidieron el paso de la comitiva, detuvieron y deportaron a varios de sus miembros. Hasta 13 fueron deportados. Otros 44, permanecían en el centro de detención de Guivón, al sur de Tel Aviv, con intención algunos de ellos de apelar la decisión israelí.

Salas fue detenida alrededor de las 12.00 horas, después de llegar a Tel Aviv procedente de Berlín. La policía le retiró el pasaporte. Posteriormente fue expulsada del país junto a su compañero de viaje, Julio Rodríguez, miembro de Izquierda Unida, por formar parte de la lista negra del gobierno israelí que cuenta con más de un millar de activistas. La maestra jubilada de 66 años llegaba a Alemania a media tarde.  “Los policías me han llevado en volandas a la fuerza hasta el avión”, contó a la prensa desde el aeropuerto de Colonia, donde aterrizó.

La ONG Paz Ahora denuncia que Israel exige a las compañías aéreas que determinados ciudadanos no puedan tomar aviones porque pretenden visitar Palestina. En este sentido señala que a cientos de activistas se les ha prohibido embarcar en sus países de origen, después de que Israel contactara con las aerolíneas internacionales y les suministrara un listado con las personas que considera potencialmente peligrosas. Lufthansa, Easyjet o Air France son algunas de las compañías que cancelaron preventivamente los billetes de los activistas.

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