Francisco Barbachano
Francisco Barbachano

Mucho se resistió
la Academia en admitir
la palabra “gilipollas”,
pero, la admitió al fin:
que los hay mirando al frente
o mirando de perfil.

Son tantos los “gilipollas”
que pululan por ahí,
que resulta hasta difícil
el poderlos distinguir;
que no hay rincón en España,
donde no haya algún “Gili”.

Los hay que son tan ilusos
que pregonan, convencidos,
que los golfos y corruptos
pagarán sus villanías
y devolverán la pasta,
que afanaron algún día.

Aplicada a la política
y salvo alguna excepción:
es palabra muy fluida
de amplio espectro y notoria;
aclaratoria y precisa,
de lo que és un “gilipollas”

Francisco Barbachano