cesarEstá a punto de terminar un año y, como ocurre siempre, es menester hacer un resumen de lo que ha pasado. Estos resúmenes suelen ser, en la mayoría de las ocasiones, políticos. ¿Qué quiero decir? Que según el que suscribe el resumen se centrará más o menos en los temas que a él le interesan. Lo cual es lógico. Pues bien, no vamos a ser menos.

Para el que suscribe estas líneas el hecho más importante de este 2014, que le queda un telediario, ha sido la abdicación de SM Juan Carlos I y la coronación de SM Felipe VI. Este hecho histórico tiene una lectura que no podemos obviar. Con esta abdicación España se ha hecho adulta. Hemos superado un largo periodo que se inició con la muerte de Franco, la Transición, la Constitución y el asentamiento de todo este conglomerado. Dicho de otra manera, la democracia se ha asentado en nuestro país. Nos hemos hecho adultos y tenemos la Constitución más longeva de la historia. Todo este interesante período histórico ha tenido como protagonista a Juan Carlos I.

Nuevos tiempos implican nuevos protagonistas. Y, en este caso, el protagonista del futuro es Felipe VI. Desde hace seis meses, con sus discursos, nos vamos dando cuenta que las cosas están cambiando. Hay frescura y renovación en la Casa Real. El próximo año seguiremos confiando en la evolución positiva del Rey.

Las palabras de Felipe VI han calmado muchas cosas. Entre ellas aclarar que nadie se puede enriquecer con su cargo público y que, quien lo haga ha de pagar. Claro ejemplo de una mancha negra en su familia con el caso Noos. También este tema implica a demasiados políticos de todos los colores políticos. El cambio histórico del que hablaba antes debe implicar una nueva ideología en aquellos servidores públicos: se debe servir al ciudadano y no al bolsillo propio.

Lugo tenemos el caso catalán. Felipe VI ha sido muy claro en sus palabras desde el primer día. Cataluña cabe en España y hay que buscar ese ajuste. Una escena muy interesante fue la visita a SEAT Martorell. El Rey conducía un coche y Mas era su copiloto. Una imagen vale más que mil palabras. Y ya me entienden. El pulso separatista, desde la coronación de Felipe VI, aunque algunos no estén de acuerdo, ha perdido fuerza. Todos los protagonistas se han puesto a las órdenes del nuevo monarca y, mal que le pese a alguno, la partida tiene un vencedor y un titular: España lleva a Cataluña en el corazón.

Así pues, en 2014 hemos vivido un periodo de cambio. Se está construyendo una nueva España. Aquella de la transición ha quedado atrás. El 2015 se nos presenta con todo su esplendor y veremos como muchas cosas continúan igual, otras se irán diluyendo y algunas quedaran en el baúl de los recuerdos.

Que nuestros lectores tengan una buena salida de año y que la débil recuperación económica nos abrace a todos en este 2015, pues es necesario que la gente empiece a valorar que los tiempos están cambiando.

César Alcalá

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