Granollers, 1 de junio de 2013
La tradicional ofrenda en el cementerio se hizo ayer viernes, 31 de mayo, exactamente a las 9 y 5 minutos de la mañana, la misma hora en que cinco aviones italianos lanzaron 60 bombas sobre Granollers. Más de un centenar de personas rodearon el monumento en recuerdo a las 224 víctimas mortales de aquel bombardeo que se produjo hace justamente 75 años. En un acto muy emotivo, el alcalde de la ciudad, Josep Mayoral, recordó que «hoy estamos aquí para decir nunca más». El delegado del Gobierno en Barcelona, Fernando Brea, recordó que Llanos de Luna hizo hace unos días un reconocimiento a «personas que pensaban como los que originaron esta masacre». «Y no podemos callar», ha asegurado.
El cielo, este viernes, estaba medio tapado. Aquel 31 de mayo de hace 75 años hacía un día claro, como ha recordado durante el acto Joan Pi, que vivió en primera persona el bombardeo. El alcalde Josep Mayoral ha asegurado que «hoy es un día de mucho dolor» porque «recordemos la gente que murió, lloramos la gente que murió. Recordemos esperanzas truncada y las ilusiones deshechas en una mañana de primavera»
«Estamos aquí para decir nunca más», imploró. «La ciudad de Granollers no olvida: recuerda el pasado para construir el futuro», indicó Mayoral, que también ha subrayado que «las ciudades que han visto las calles llenas de sangre tenemos la obligación de pelear delante de todo el mundo» para evitar que se repitan los conflictos y las muertes.
Entre el público estaban Kirmen Uribe y Carmen Mussche. Uribe es el autor de la novela ‘Lo que mueve el mundo’ que se basa en la vida de Robert Mussche, un periodista flamenco que acogió una de las niñas que salieron del puerto de Bilbao en 1937 huyendo de las bombas y que luego vivió en primera persona el bombardeo de Granollers, cuando estaba alojado en la Fonda Europa. Carmen Mussche era esta niña. En una atención posterior a los medios, Kirmen Uribe ha dicho que no hay que cansarse de repetir cada año lo que pasó. «Sin memoria no hay justicia, sin memoria no se pueden cerrar heridas, sin memoria no hay descanso», sentenció.
